Imagina un vasto tesoro de 1.040 millones de euros esfumándose en el aire. Esto no es solo una metáfora, sino la realidad que Hungría enfrenta tras las decisiones tomadas por la Comisión Europea. La rígida postura de la UE sobre el Estado de derecho ha dejado a Hungría sin acceso a una parte significativa de los fondos de Cohesión, esenciales para su desarrollo y progreso.
Motivos de la Congelación
La Comisión Europea ha levantado alarmas sobre Hungría debido a serias fallas detectadas: desde irregularidades en la contratación pública y la falta de transparencia, hasta conflictos de interés en la gestión de fondos. Además, cuestiones críticas como la libertad académica, una ley de protección infantil que se percibe como discriminatoria contra la comunidad LGTBI y restricciones al acceso al asilo, han intensificado la desconfianza.
Sumas y Fechas Límite
El reloj ha avanzado hasta marcar el cierre de 2024, el momento en que los 1.040 millones de euros dejaron de estar a disposición de Hungría. Esta cantidad solo representa una fracción de los 6.300 millones que la Unión Europea resguarda aún de Budapest, esperando reformas significativas.
Más Fondos Congelados
La pérdida no termina ahí. Cerca de 22.000 millones de euros en fondos regionales de Cohesión permanecen congelados. Aunque se liberaron 10.200 millones el año pasado tras avances en la independencia judicial, otros 11.700 millones continúan bajo llave debido a preocupaciones persistentes en temas del Estado de derecho.
Respuestas y Acciones
El gobierno húngaro, por su parte, ha expresado su indignación, calificando la congelación de los fondos como una maniobra “política” y “discriminatoria”. Armado con todas las herramientas políticas y legales, Hungría se plantea revertir esta situación tensa.
Mientras tanto, la Comisión Europea sigue firme, exigiendo reformas tangibles que aborden la corrupción, promuevan la transparencia y resuelvan las deficiencias relacionadas con el Estado de derecho. Solo entonces los fondos restantes podrían ver la luz en Budapest.